lunes, 9 de junio de 2008
LA EVOLUCIÓN ARQUEOLÓGICA : EL FORMATIVO
El formativo se caracteriza por el desarrollo de una cultura cuyo nivel es superior debido a la presencia de nuevas tecnología, de una mayor independencia y control del medio ambiente y de expresiones superiores y del inicio del sedentarismo. En el caso de Ilo, el formativo está relacionado con nuevas formas de obtener alimento, con el desarrollo de la recolección marina, agricultura en terrazas, uso de andenes, recolección y pastoreo en las lomas.
En primero de estos sitios es Carrizal, localizado a 20 km. al norte de Ilo, en la quebrada del mismo nombre. Aquí se desarrolló, hacia el 1100 dC., un grupo de aldeas construidas sobre dos colinas de entre 50-100 msnm, en cuyo entorno se desarrollaron asentamientos residenciales permanentes. Sus construcciones son de piedra, con tres ambientes: una cocina y dos cuartos con un techo de armazón de troncos. Posiblemente Carrizal fue un asentamiento principal e intensivo, desde donde se haya iniciado un proceso de colonización hacia zonas como Pocoma y Wawakiki. Estos tres sitios presentan contextos mortuorios casi semejantes: en Wawakiki, por ejemplo, el cementerio consiste en hoyos sencillos elevados "en donde los cuerpos fueron envueltos en toscos textiles y las capas de esteras fueron colocadas en forma flexionada."
El grupo que habitó Carrizal controló tres zonas ecológicas: a) las lomas, que permitió la caza pequeña y la recolección de plantas inicialmente y el pastoreo; b) la zona de terrazas que junto al recurso agua permitieron el desarrollo de la agricultura; y c) el litoral en el delta de Carrizal, en donde se realizó la recolección de mariscos-moluscos, mientras que las playas posibilitaron la pesca y la formación de asentamientos de pescadores.
Lo que destaca en este sitio es la existencia de la más antigua demostración de cerámica local, que lo convierte en un asentamiento cerámico temprano, cuyas fechas se han establecido entre el 2140 +- 240 años atrás o 190+-240 A.C. Esta cerámica se caracteriza por la ausencia de decoración y entre sus formas predominan las ollas sin cuello, vasijas gruesas y anchas con bordes gruesos y cuerpos globulares, abiertas y semicerradas. La pasta utilizada es oscura y usa como temperante el cascajo, a diferencia de la serrana que usa paja. En una segunda etapa la cerámica utiliza arcilla de color rojizo, marrón, marrón-anaranjado, marrón-rojizo y marrón-negrusco. Por lo general, la cerámica es utilitaria.
Todo esto hizo que Carrizal, a diferencia de los sitios anteriores, sea una evidencia del sedentarismo que estaba desarrollándose en las costas de Ilo.
Una segunda demostración del formativo en Ilo es un enclave Tiawanaku en el valle llamado Loreto Viejo y que corresponde a la etapa conocida como Expansión. La ocupación Tiawanaku no significó enfrentamiento militar sino posesión pacífica de una zona altamente productiva. La explotación de este territorio desarrolló un intercambio vertical entre la costa y el altiplano, cuyos inicios pueden notarse en Pocoma. Los productos agrícolas y marinos de Ilo eran enviados y trocados por productos altiplánicos o de valles altos. La cerámica de esta zona presenta rasgos definitivamente altiplánicos: el kero de madera, que incluye la presencia de la figurilla antropomorfa o zoomorfa característica, el pebetero o cerámica zoomorfa (auquénidos preferentemente); su coloración es anaranjada y su decoración incluye, además, motivos geométricos.
Al derrumbarse en estado Tiwanaku, alrededor del 1000 DC, las colonias quedaron desamparadas y debieron definir su futuro. Muchos descendientes de los antiguos colonos, continuaron su desarrollo pero debieron buscar zonas más protegidas de fácil defensa, en las faldas de colinas o en cerros de difícil acceso. Empezó entonces el éxodo hacia la parte alta del valle o hacia abajo, en busca del valle costero de Ilo. Esta etapa se conoce con el nombre de Fase Tumilaca, época en la que la influencia de la cultura Tiwanaku se dispersó por la cuenca madia y baja del Osmore. En el valle de Ilo los estudios han identificado hasta cuatro pueblos que compartieron la abundancia del nuevo espacio productivo; dos de ellos fueron los Chiribaya y los Tumilaca.
Tumilaca desarrollaron la agricultura y cultivaron el maíz, yuca, frijoles, algodón para hilados y redes, y calabazas para hacer mates e incorporaron otros cultivos como la achira, zapallo, lúcuma, guayaba, pacae y coca. Algunos grupos tenían rebaños de llamas y criaban cuyes y perros. Los colonos Tumilaca ocuparon toda la tierra agrícola del estrecho fondo del valle y hasta construyeron un canal de casi siete kilómetros para irrigar algunas terrazas naturales muy por encina del nivel del río, canal que luego fue utilizado por los Chiribaya.
Tumilaca vive en casas rectangulares de caña de una o más habitaciones. La estructura más grande que los arqueólogos han identificado tiene cuatro habitaciones de dos por cinco, dos de las cuales estaban destinadas a la cocina. Los habitantes vestían largos camisones sin mangas a base de lana marrón y amarrada a la cintura con una correa o cordón que, a veces, presentan decoración de franjas bordadas o utilizaban telas de franjas delgadas de hasta siete colores. A diferencia de los típicos gorros Chribaya, los Tumilaca prefirieron utilizar hermosas trenzas. Su cerámica sigue el estilo Tiawanaku pero muy sencilla. Sus entierros comprenden una o dos vasijas, un par de canastas y uno que otro objeto, indicador de que allí no habían ricos y pobres.
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1 comentario:
Hola Edwin. Felicito la iniciativa y la buena labor al frente de la historia de nuestra ciudad y región. He leido tu blog y es admirable los datos que uno puede conocer del pasado, algo que los ileños de hoy desconocemos y pienso que es de gran importancia se difundan; mi sincero reconocimiento a tu persona y que sigan los éxitos.
Porque Ilo merece mucho más...
atte.
Rafael Zorrilla Liendo
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