Una de las bondades tenidas en cuenta para el
asentamiento de los primeros españoles en el valle de Ilo fue no solo el propio
valle sino también su fácil acceso al mar, una de las condiciones
requeridas para el asentamiento de los primeros europeos en estas latitudes. El mar siempre fue un atractivo para los
españoles en la zona de costa pues los mantenía de cierta manera en contacto
con su país de origen y les permitió desarrollar una importante actividad
portuaria, por lo que en este esquema Ilo no fue un puerto ausente.
Ya en 1539
el español Juan Vallejo extendió en Arequipa una escritura el 21 de julio en la
que otorgaba poder a Mizier Francisco para que pueda administrar sus intereses
que tenía en el valle, y en especial “para
que pueda cobrar la hacienda de mi navío o navíos en que venga, para que pueda
vender, comprar y para que pueda hacer y
haga todo y cualesquiera cosas que a mí y a mi hacienda convengan y para que
pueda tomar mi navío que se llama Saint Josepho y hacer de él todo lo que yo
mismo puedo hacer." Vallejo tenía entre sus
negocios la construcción y venta de embarcaciones; el 20 de noviembre del
mismo año realiza en Arequipa un contrato de arrendamiento con los capitanes
Pedro de Valdivia, Alonso Monroy, Cristobal de la Peña y Francisco Martínez
"para llevar uno o dos navíos a la
conquista de Chile a razón de 4000 pesos de oro el flete por cada uno."
Esto no debe sorprendernos pues, de acuerdo a José Antonio del Busto, existía
en Ilo un astillero debidamente implementado.
La
actividad marítima de Ilo fue creciendo con el tiempo debido al incremento de
intereses comerciales y económicos en el sur, logrando su momento más
importante a mediados del siglo XVIII, período en el que la actividad de los
armadores estaba en pleno auge. En 1737 Juan del Toro compró el navío
Nuestra Señora de La Aurora al general don Bernabé Philipe Aragón en la
cantidad de 50 mil pesos. Con este barco se realizaban comercio de mercaderías
como guano de isla, madera y aceite entre Pacocha y Arica y en varias
oportunidades esclavos; el 15 de febrero del año siguiente, por ejemplo, del Toro vendió al general mayor Joseph Carrillo,
corregidor y justicia mayor de Moquegua 9 piezas de esclavos, 5 negros, 3
negras y un mulato de nombre Juan José, comprados en Chile a don Gonzalo de Méndez, en el
precio de 3,070 pesos.
El 26 de noviembre de 1757 el general don Felipe de
Bustamante y Benavides, corregidor de su Majestad, vendió a don Enrique de
Iglesias y en su nombre al Comisario General de la Caballería de Moquegua don
Carlos Fernández de Castro, apoderado de Iglesias el navío Santa Gertrudis anclado
en el puerto de Pacocha con tres velas, jarcias, anclas todos los demás pertrechos
en siete mil pesos pagaderos en dos años.
El 24 de diciembre de 1783 el capitán don Tomas del
Alcázar y Padilla dueño del barco La Aurora surto en Pacocha y próximo a hacer
viaje al Callao realizó un contrato de alquiler con el capitán Juan Bautista de
Alaiza y don Marcelo Ribera para transportar una partida de aceite de oliva y
otra de vinos hacia la ciudad de Lima a razón de dos pesos de a ocho reales
cada pieza embarcada en dicho viaje y de allí realizar otro hacia Valparaíso,
Iquique y Arica, regresando nuevamente a Pacocha como punto final de la
travesía. En Arica recibió Alcázar el encargo de conducir hacia el Callao tres
partidas de estaño pero al no poder continuar el viaje, encargó al maestre de
su barco, don Nicolás Martínez, vecino de Ilo, para que culmine dicho encargo.
Fácil es pues notar que la actividad marítima de
Ilo fue muy dinámico, pues junto a Arica formaba lo que hoy se conoce como par
portuario. Datos de la época señalan que cuando Arica se encontraba soportando
fuerte actividad, los navíos se desplazaban hasta Pacocha, haciendo más fluida
la actividad comercial. Durante la etapa de mayor explotación de la mina de
Potosí parte del cargamento era dirigido hacia Ilo desde donde se embarcaba
hacia el Callao. Los puntos de embarque eran la desembocadura del Osmore, el
lugar más importante, y Yerba Buena hacia el norte, por donde se comerciaba
principalmente guano de isla y en donde había un sencillo atracadero.
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