Ilo
ha sido testigo y víctima de varios movimientos
sísmicos a través de su historia. El más terrible de ellos fue el
ocurrido el 13 de agosto de 1868 que originó un tsunami tan devastador que el
antiguo pueblo ubicado en lo que hoy es San Gerónimo fue destruido y debió ser
ubicado por órdenes del Presidente Balta en
lo que actualmente es el puerto de Ilo.
Sesenta años más tarde, días más días menos, Ilo sufrió otro de estos movimientos. El 11 de mayo de 1948 un terremoto der gran magnitud destruyó parte de Moquegua. Según lo que relata Luís Kuon, “a las 3.57 de la madrugada se produjo un violento terremoto de grado 7 en la escala de Mercalli y de aproximación de 50 a 60 segundos. Al primer remezón siguieron dos más, acompañados de ruidos interiores que produjeron justificada alarma en la población, pues raíz del sismo y ante los continuos temblores que se producían, la gente buscó los espacios abiertos para pasar las noches siguientes, unos a la intemperie y otros bajo carpas o armazones de madera y caña cubiertas que se levantaron principalmente en la Avenida de la Estación… A consecuencia del sismo, cayeron por tierra las coronaciones de las dos torres de Santo Domingo que se hicieron en las obras de refacción de dicho templo… También se produjeron cuarteaduras de consideración en la mayor parte de viviendas, algunas de las cuales sufrieron derrumbe de techos y paredes.”
Sesenta años más tarde, días más días menos, Ilo sufrió otro de estos movimientos. El 11 de mayo de 1948 un terremoto der gran magnitud destruyó parte de Moquegua. Según lo que relata Luís Kuon, “a las 3.57 de la madrugada se produjo un violento terremoto de grado 7 en la escala de Mercalli y de aproximación de 50 a 60 segundos. Al primer remezón siguieron dos más, acompañados de ruidos interiores que produjeron justificada alarma en la población, pues raíz del sismo y ante los continuos temblores que se producían, la gente buscó los espacios abiertos para pasar las noches siguientes, unos a la intemperie y otros bajo carpas o armazones de madera y caña cubiertas que se levantaron principalmente en la Avenida de la Estación… A consecuencia del sismo, cayeron por tierra las coronaciones de las dos torres de Santo Domingo que se hicieron en las obras de refacción de dicho templo… También se produjeron cuarteaduras de consideración en la mayor parte de viviendas, algunas de las cuales sufrieron derrumbe de techos y paredes.”
En
ese mismo momento Ilo sentía los efectos de este fenómeno natural, acompañado
de fuertes vientos que alarmó a la población que inmediatamente fue ganando las
calles. Pasado el movimiento algunos regresaron a sus casas a verificar los
efectos del mismo y otros prefirieron quedarse en la vía pública por seguridad.
Con los primeros rayos de luz se pudieron ver algunos efectos del sismo en las
paredes rajadas de algunas casas como ocurrió con las del hospital San
Gerónimo, circunstancia que fue aprovechada por el presidente de la
Beneficencia Pública de Ilo para solicitar al concejo de ese entonces la
concesión gratuita de un terreno para ampliar su local. El movimiento trajo
abajo las paredes de la casa cural ubicada al costado del templo de San
Gerónimo en la esquina de las calles Callao y 28 de julio.
Pasado
el movimiento, el concejo municipal presidido por don Luís E. Ghersi (abril de
1948 a mayo de 1949) dispuso de presupuesto de emergencia para levantar la
pared colapsada de la casa cural y destino la cantidad de S/ 1500.00 “con el
objeto de comprar chompitas y otras prendas de vestir, para los niños pobres de
aquella ciudad (se refería a Moquegua) y que hayan sufrido mayores daños por el
sismo.”
Como
consecuencia del desastre producido por este terremoto se creó en Lima un
Comité Pro Damnificados integrado por personalidades de Ilo y Moquegua, entre
quienes se encontraba don Humberto Ghersi Mosquera que ejercía el cargo de
tesorero, y cuyo objetivo era recaudar
ayuda desde la capital para dirigirla a los más necesitados del departamento. Un
hecho bochornoso, no obstante la desgracia vivida por la población moqueguana,
empañó las acciones de este comité a favor de los damnificados del terremoto. Una
denuncia de malos manejos contra los integrantes de esta comisión realizada por
el diputado de Ilo ante Moquegua, don Raúl Jiménez, ocasionó la protesta inmediata
del grupo de apoyo que se hizo conocer mediante una comunicación dirigida al
concejo de Ilo; la comuna distrital lamentó esta acusación infundada indicando
en otro documento que la misma “ha afectado grandemente la honorabilidad de los
componentes del comité indicado, personas netamente moqueguanas e ileñas, de
reconocida honorabilidad y solvencia, como también altruistas y filántropos que
representan con prestigio al departamento de Moquegua y que han sido ofendidos
sin causa que lo justifique” y que integraba, en calidad de tesorero “un
preclaro hijo de Ilo” el señor Humberto Ghersi Mosquera. Como consecuencia de
esta denuncia el concejo destituyó del cargo a Raúl Jiménez, condenando su
actuar “que no interpreta el sentir de los miembros de este municipio ni los
del pueblo de Ilo en general.”
Poco
a poco la población retomó la tranquilidad. Muchos recordaron el terremoto del
siglo pasado. Se cuenta que muy temprano la gente acudió al templo de San
Gerónimo a rezar como era costumbre en estos casos, la pared de la casa cural
no duró mucho en ser levantada, la autoridad recorrió el pueblo constatando que
los daños no eran muy terribles, dispuso de algún ayuda y poco a poco retornó
la calma y la gente se fue olvidando de este hecho.
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