A inicios del siglo XX el
alumbrado público en las calles de Ilo se realizaba mediante el uso de faroles
o lámparas a petróleo, gasolina o aceite lampante que se colgaban en las
intersecciones de las calles y que ofrecían un servicio deficiente y reducido,
cuando en otros lugares era ya cada vez más común el uso de la energía
eléctrica; y aunque se seguían adquiriendo estas lámparas, pronto llegó a Ilo
la propuesta de dotar a la población de alumbrado eléctrico por intermedio del
regidor Jorge Mariaza, quien dio cuenta de una oferta verbal hecha por don
Horacio Dávila de Iquique destinada a implementar el alumbrado público en Ilo,
al cual se le oficio expresándole el interés de la municipalidad por contar con
dicho servicio y se le invitó a dar a conocer las condiciones de su
ofrecimiento. Debido a que se recibieron otras propuestas se convocó a una licitación
encargándose al ingeniero Abel A. Angulo que estudie y evalúe las mismas y
remita al corporativo un informe, nombrándolo personero municipal en el tema. El
16 de marzo el concejo en pleno se reunió para evaluar la propuesta hecha por
los señores “Malpartida y Cía.” y que fue, aparentemente, la más favorable, acordándose
firmar con ésta el respectivo contrato que entre otros puntos establecía que el
Concejo pagaría el alumbrado público de lámparas hasta por tres mil bujías, sólo
pagaría seis centavos en lugar de ocho que proponía Malpartida y se comprometía
a gestionar ante el gobierno 60 rieles que sirvan de postes. La tarifa de
alumbrado para particulares sería: lámpara de 16 bujías dos soles al mes y las
de mayor número diez centavos por bujía. En contrato final fue elevado a Moquegua
para su aprobación.
Pero el 1 de mayo de ese año, el
Ministerio de Fomento publicó la Resolución Suprema en la que concedía permiso al
ciudadano alemán Juan Tidow para vender energía eléctrica a particulares como
también para colocar postes y líneas aéreas en las calles y plazas de este
puerto. El mismo Tidow solicitó al concejo celebrar contrato en ese sentido,
exhibiendo la indicada Resolución Suprema. Más, como ya se había iniciado el
proceso de contrato para el alumbrado eléctrico con la “Casa Malpartida y Cía.”
el alcalde elevó los documentos de Tidow a Moquegua para que determine lo más
conveniente. La demora en los trámites generó en la población malestar que el
consejo se apresuró en aclarar.
El 7 de abril, la “Casa Tidow y
Cía.” Alcanzó al municipio su propuesta, encargándose a Julián Maura y Ernesto
Rodríguez analizar el documento a la brevedad posible y realizar las
observaciones que crean convenientes o se agregue lo que corresponda para
beneficio de la población, informe que presentaron el 26 de abril. Siguieron
propuestas y contra propuestas entre el concejo y Tidow hasta alcanzar un
acuerdo en la parte más difícil en la que se acordó que “la firma Tidow y Cía. abone LP 1.0.00 por noche en que falte la luz,
salvo casos fortuitos o de fuerza mayor, debiendo la citada firma proveer de
alumbrado público con las lámparas que le proporcionará el concejo bajo
inventario, corriendo por cuenta de estos la conservación y que lo que se
refiere al contrato, este concejo se ceñirá a lo dispuesto en la Resolución Suprema
del 30 de abril último en las bases presentadas por dicho señores en fecha 22
de mayo y 15 de setiembre del año ppdo. y que en consecuencia el alumbrado
particular debe ser considerado a S/ 0,80 vatio.”
Logrados esto, en agosto de 1 926
Tidow debió instalarse en Ilo, por lo que adquirió en Lima un terreno en el
puerto por el valor de 150 libras peruanas sobre el que construyó su fábrica,
conocida luego con el nombre de "Pacocha". Finalmente, el 26 de
setiembre, se firmó el contrato que señalaba entre otras cosas la obligación de
Tidow proporcionarán luz eléctrica en los meses de mayo hasta agosto inclusive,
de cinco pasado meridiano hasta las cinco antes meridiano con una red
construida por ellos utilizando calles y plazas a su entera disponibilidad. En
el alumbrado público se consideraba cuatro fotos de 100 varios en la Plaza de
Armas, dos focos de 100 vatios en la Plaza del Mercado, un foco de 100 vatios
en la Plaza Billinghurst, en la calle Abtao un foco 100 y tres de 60 vatios, dos
en la calle Moquegua de 60 vatios, cinco focos en la calle Zepita de 60 vatios
y en el resto de calles 24 focos de 40 vatios.
Por todo esto el concejo debía pagar a razón de cuatro 4,5 centavos por
vatio pero para mantener el precio se debería consumir cierta cantidad mínima;
así, para 1926 el consumo debía ser de 10 libras peruana, 12 en 1927, 13 en
1928 y 14 en 1929, y los años siguientes 15 libras al mes. Para el alumbrado
privado el costo era de 10 centavos por vatio consumido. Este contrato se firmó
por un lapso de 10 años.
Aunque a julio de 1925 aun no se
habían instalado la red pública de servicio de alumbrado, debido a que no
habían llegado los postes necesarios, Tidow, realizó una iluminación especial
en la Plaza del Mercado para dar realce a las fiestas nacionales, recibiendo
del concejo y del pueblo los agradecimientos correspondientes. Esta fue la
primera demostración de las bondades del servicio de alumbrado eléctrico en
Ilo.
En enero de 1928 “Tidow y
Compañía” transfirió sus obligaciones contractuales a favor de don Otto Koepke
quien a partir de ese momento se hizo cargo del servicio de alumbrado público y
privado. Como la ciudad empezó a crecer sobre la calle Moquegua, fue necesario
aumentar la red eléctrica colocando cuatro focos en la prolongación de esta
calle, mejorándose también el alumbrado en el ingreso de la plazuela del
muelle. En 1940 el servicio de electricidad pasó a responsabilidad municipal,
ejerciéndolo por tres meses para lo cual se tomaron los servicios de don Samuel
Chinchilla, luego de lo cual el servicio se puso al remate, formulando las
bases y las condiciones del mismo. Pero en julio el Director de Gobierno
comunicó que se había nombrado a Hans Beck como administrador de la planta
eléctrica adquirida por el gobierno y cedida al concejo, asignándole un haber
mensual de cuatrocientos soles oro. En realidad el sueldo que percibió Beck fue
de S/ 250.00 debido a los escasos recursos del municipio y del bajo ingreso por
el cobro del alumbrado, pues “aun
suprimiendo un empleado, no queda superavit para este concejo.” El servicio
de alumbrado público se daba desde las cinco de la tarde hasta las cinco de la
mañana.
Para abril de 1941, las cuentas
de la planta eléctrica arrojaban pérdidas, por lo que el servicio sufrió
restricciones, reduciéndose desde las cinco y media de la tarde hasta las tres
y media de la mañana del día siguiente sin considerar ampliación de la escasa
red existente por lo que parte de la población no gozaba de este servicio. Y así
se mantuvo hasta que mediante Resolución Suprema del 30 de mayo de ese año, la
Dirección de Fomento y Obras Públicas comunicó al concejo que las instalaciones
de la planta eléctrica pasen a ser administradas por el Ministerio de Fomento.
De allí saldría con el tiempo Electro Perú y finalmente Electro Sur.
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