Desde
finales de la década de 1840 empezaron a llegar al Perú los primeros inmigrantes
chinos procedentes de Macao, iniciando un comercio que buscaba cubrir la
demanda de mano de obra surgida luego del boom del guano como en las haciendas
de azúcar. Hasta finales del siglo XIX los “culíes” estuvieron en condiciones
tan inhumanas que calificar su situación de esclavitud no hace sino graficas el
maltrato del que fueron objeto.
Culminado
su contrato de trabajo, los orientales se dedicaron al trabajo por su cuenta en
bodegas y restaurantes de comida china a la que empezó a llamarse chifa,
término derivado de “chaufán” (comer comida). Con el tiempo las posteriores migraciones
fueron distribuyéndose en todo el territorio nacional, especialmente en los puertos
a donde llegaban animados por familiares y amigos llegados con anterioridad y las
condiciones que vivía la propia China. Casados con peruanas pronto incorporaron
a la cultura nacional nuevos elementos que son en la actualidad parte de la identidad
nacional.
Ilo
no fue la excepción. Desde fines del siglo XIX llegaron a nuestro puerto migrantes
orientales
que muy pronto se convirtieron en una comunidad importante e influyente dedicada
prioritariamente al comercio. Debido a su éxito comercial, lograron alcanzar
una posición social y económica que les
permitió incursionar en otros espacios, principalmente en la cultura. Don Juan Kocchiu, por ejemplo, llegó al Perú en 1885 junto a sus hijos Alejandro y Ricardo, éste último radicado
en Moquegua se dedicó como muchos otros al comercio entre Moquegua y Tacna.
En
el tema de la educación no hay que olvidar que fue esta colonia la que el 2 de abril
de 1923 entregó en ceremonia pública la escuela de varones ubicada en la
esquina de la Plaza de armas que luego se denominaría 974. Y que doña Tarcila
Ley era una de las maestras que a inicios del siglo XX enseñaba las primeras letras
en su casa de la calle Pichincha. Y que, solo como ejemplo, don Humberto Kocting
Ampuero dirigía uno de los primeros periódicos que tuvo Ilo, “El Porteño” y
puso en funcionamiento el primer cine de una cadena que desarrolló con elk
tiempo.
Fue
sin embargo en el campo comercial que la colonia china logró las mayores satisfacciones
En la primera mitad del siglo XX entre las firmas quie tenían representación en
Ilo estaban “Vo
King y Cía.”, “Pow Lam Long y Cía.”, “Pon Bang y Cía.” cuyo representante era
Pablo Liu. Un rasgo característico es que muchos de estos negocios estaban ubicados
en las esquinas, lo que era comercialmente una gran ventaja, si no veamos: Moisés
Lem Vong, Domingo Koc Wasing, Manuel Hu Ting López, Aurelio Jo, Mario Koc,
Manuel Fu Sen, Manuel Koc Huen, Maximo Loo Ven, Alberto Lao Sun, Pablo Liu,
Aurelio Chu Sayan y José Lam Tay. Quizá de allí nació la frase “El
chino de la esquina”. Curiosamente todos estos negocios estaban en la calle
Zepita, que debió llamarse con más propiedad la “Calle de los chinos”.
Hubieron otros negocios como los de Yan Leo,
Andrés Kuong, Santiago Lau que manejaba una tienda y un grifo, José Koctong y
su famosa ferretería del mismo apellido en al calle Ayacucho, Manuel Cam, Alfredo
Lao Ki, y pare de contar.
Muchos invirtieron en la agricultura
especialmente en la del olivo. Solo por mencionar algunos ejemplos la familia Kocchiu
era dueña de Mostazal de arriba y Mostazal de abajo; Santiago Kocting era hasta
donde se sabe dueño de la hacienda Chiribaya y don Francisco Kuong lo era de la
hacienda Pocoma que además producía el agua de mesa del mismo nombre.
La tranquilidad económica
alcanzada por la colonia permitió a
muchas familias chinas acceder a mejores expectativas de vida, pudiendo enviar
a sus hijos e hijas a cursar estudios en lugares distantes tales como Arequipa
o Lima; algunas hijas desarrollaron aficiones artísticas, tanto en la pintura
como en la música y la artesanía. En su afán por conservar sus orígenes y mantener su identidad
cultural, la colonia creó el Club Tusan que tuvo como su principal impulsor a
don Santiago Kocting quien además donó el l terreno para el Club de Leones de
Ilo.
Una
curiosidad final: del apellido Koc se
derivan otros apellidos como Kocton, Koctong, KocLem, Kocchiu. El apellido
original era KUOC y luego se castellanizó en Koc, tal como lo conocemos hoy.
Agradecimiento especial a don Jorge Kocchinfoc y a Roberto Tito Kocchiu por los datos y las fotos compartidas.