lunes, 27 de junio de 2011

LA VISITA DE TADEO HAENKE A ILO

Tadeo Haenke fue un naturalista bohemio de reconocido prestigio que fue incorporado en la expedición enviada por el Rey de España hacia América del Sur bajo la dirección de Alejandro Malaspina y que llegó al Perú en julio de 1790. Recorrió varios lugares del litoral y penetró hasta las zonas de Huánuco y Huallaga, describiendo la flora de las zonas que visitaba. Tomó contacto con Hipólito Unanue a quien impresionó por sus disquisiciones trascendentales y porque, a la viveza propia de su edad lozana, unía unas luces nada comunes, así en la práctica como en la teoría. De toda su obra, la más importante fue "Descripción del Perú”, escrita posiblemente con la colaboración de otros integrantes de la indicada expedición. En este documento, Haencke realiza una descripción de la zona de Ilo al referirse al partido de Arica, de la que se expresa de la siguiente manera:
“Compónese este partido de la ciudad de Arica, cabecera de él, y de los pueblos de Belén, Copta, Tacna, Sama, Torata, Candarave, Ilabaya, el valle de Locumba y el de Ilo… En las costas del mar tiene dos puertos de Arica e Ilo, habitados desde las franquicias del comercio.
El puerto de Ilo consiste en una rada abierta y resguardada en parte de los vientos sures por una punta que alcanza al mar. Tiene agua de un río que hace su curso y sale al mar por junto de la misma población de Ilo, aunque suele secarse enteramente en los calores del verano, lo cual sucede cuando han sido escasas las lluvias en el tiempo de ellas en la Sierra. El fondeadero es bueno, y las embarcaciones quedan apartadas de la playa media legua, en doce o trece brazas de agua sobre arena fina y lama. El desembarcadero de la playa es más, o porque, como todo es costa abierta, aunque llegan quebrados de fuerza los sures, no teniendo obstáculos, la mar entra libremente en toda la playa y causa fuertes resacas. Para que las lanchas y botes puedan atracar a ella sin tanto peligro, hay una caleta cerca del río para desembarcadero, que es a donde llegan comúnmente; pero en tiempo en que la mar está hinchada, se hace este atracadero impracticable, como en los demás puertos de la costa. La punta que forma esta caleta hecha al mar algunas peñas que se alargan de ella como medio cuarto de legua. La mar saliente es muy peligrosa y es menester tener cuidado con ella cuando se pretende saltar a tierra. El paraje donde fondean los buques está como al oeste de esta punta, que es algo más para el sur que la dirección de este rumbo con respecto al río.
Este puerto fue uno de los más frecuentados por los franceses cuando hacían libremente su comercio por aquellos mares.”

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