En mayo de 1891 el Concejo Distrital de Ilo, responsable de la educación, comunicó
a los preceptores la obligación que tenían los alumnos de rendir dos exámenes
semestrales, fijados uno el 27 de julio y otro en diciembre. Para este primer
examen la municipalidad distrital de Ilo dispuso que el inspector de educación,
don Pedro Valle, distribuyera material de instrucción a los alumnos más pobres
y destinó S/ 25,00 para adquirir premio, menciones honoríficas, textos y ropa
para los más necesitados.
En
la sesión del 12 de junio, los miembros de la municipalidad dio inicio a la
planificación de dichos exámenes: se acordó entregar treinta menciones
honoríficas a los mejores alumnos, seis textos de aritmética del matemático
piurano García Godos, veinte textos adquiridos en Moquegua, 8 cortes de vestido
para niños y 8 de lana para niñas. Ese mismo día se formaron dos comisiones: la
Comisión Censora, integrada por el alcalde, los dos síndicos y el inspector del
ramo, Pedro Valle, cuya función era identificar a los principales alumnos y
alumnas en base al cuadro de méritos y la Comisión Examinadora, conformada por
dos municipales y dos padres de familia, cuya función era aplicar el examen y entregar
el cuadro de méritos a la comisión anterior. Pero en esta sesión hizo algo más:
acordó entregar un premio de cinco soles al padre que más se hubiese
distinguido en mandar a sus hijos a la escuela y seis al padre que se hubiese
procedido igual con sus hijas.
El
19 de julio se aprobó el rol de exámenes: el día 25 estaba dedicado a las
niñas, el 26 a la escuela particular y el 27 a los niños, y se estableció un
premio de seis soles para aquella madre que más diligente se hubiera mostrado
por el adelanto de sus hijos y cinco al padre bajo las mismas condiciones. Ya
fijada la fecha, el municipio envió invitaciones a todas las autoridades y
personas notables para el día 28 de julio, fecha de la ceremonia del
aniversario nacional, que sería aprovechada para realizar la premiación
correspondiente.
El
día de la evaluación, en este caso el 27, cada alumno extraía una balota y
debía desarrollar el tema que en ella se señalaba. Por varias horas el jurado
escuchaba con mucha atención las explicaciones y respuestas, generalmente
memoristas, tal como era en aquel entonces, la educación nacional. Culminada la
jornada, la comisión procedía a establecer el ranking de los alumnos y
entregaba finalmente los resultados finales. Al día siguiente, en el local de
la municipalidad, se leyó el Acta de la Independencia Nacional,
se entonó el Himno Nacional y se leyó el Discurso de Orden. Luego de ello el
alcalde don Armando de la Flor procedió a la entrega de los premios
correspondientes, en base al Orden de Méritos alcanzados.
En
el grupo de niñas fueron calificadas como Sobresalientes Rosa A. Bonatti,
Eulalia Juárez y Cristina Villalobos, a quienes se les entregó un corte de
tela; calificadas como Bueno: Jesús Cornejo, Rosa Maturana y Elena Leonardo, a
quienes les correspondió textos de instrucción y dos cortes de tela.
En
el grupo de los niños, fueron Sobresalientes Jesús Alponte, Esteban Hurtado,
Lucas Salcedo y Patricio Ascaño, a quienes se les entregó un corte de vestido y
menciones honoríficas y Bueno: José Gasco, Antonio Mendoza, Francisco Vásquez y
Emiliano Hurtado, a quienes les correspondió un corte de vestido.
En
la escuela particular, el cuadro de méritos estuvo compuesto de la siguiente
manera: Sobresaliente: Agueda Helfer, Julia Palomares, Raquel Tizón y Dolores
Suero, entregándoseles dos cortes de vestido, diploma y textos de enseñanza; fueron
calificados de Bueno: Saturnino Helfer y Delfina Palomares, a quienes les
correspondió diploma y textos escolares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario